MANIFIESTO DEL INSTITUTO ARTIGUISTA DE SANTA FE

• MANIFIESTO DEL INSTITUTO ARTIGUISTA DE SANTA FE
“... los pueblos son libres de decidir su suerte;
y mi deseo todo, decidido a respetar su suprema resolución”
Gral. José Gervasio Artigas

En vísperas de conmemorarse el Bicentenario de la Gesta Artiguista, un grupo de ciudadanos del litoral santafesino hemos decidido constituir el INSTITUTO ARTIGUISTA DE SANTA FE (INSTITUTO DE ESTUDIOS FEDERALES Y DE INTEGRACIÓN ARGENTINO-URUGUAYA “GENERAL JOSÉ GERVASIO ARTIGAS”).
Entre otros de los objetivos nos proponemos fomentar y difundir el estudio de la vida, la obra y el ideario del General José Gervasio Artigas.
Es que la figura de este patriota oriental no solamente es vital para entender el derrotero de los iniciales años de nuestra primigenia revolución, sino que en su pensamiento y acción se encuentran resumidos los valores mas trascendentes por los que lucharon nuestras primeras generaciones independentistas y que aún hoy reclaman plena vigencia y concreción.
Mas allá de recetas elaboradas en salones intelectuales, su proceder y objetivos, marcaron con claridad las urgentes tareas iniciales de una revolución en pañales.
Su planteo libertario reclamaba, indefectiblemente, la independencia de estas provincias del poder español. Un poder español derruído y decadente, sumido en un atraso de siglos, producto de la abundancia que le había proveído el saqueo de sus dominios hispanoamericanos.
El inclaudicable espíritu confederativo y republicano que lo animaba, interpretaba las necesidades impostergables de los pueblos del interior, que reclamaban el reconocimiento de sus legítimos fueros a la par de la necesaria convivencia con los grandes puertos rioplatenses de Buenos Aires y Montevideo.
La exigencia de una organización nacional concretada a través de estadios sucesivos de articulación social y regional marcan un original modelo de representación política, que pocos demócratas lograron entender cabalmente.
Su respeto irrestricto por la soberanía popular y el “gobierno inmediato” de “las gentes” nos hablan de una democracia directa que no encuentra parangón por estas latitudes y que presupone el ejercicio del poder a través del consenso de las mayoría participando en asambleas plenarias.
El planteo de sucesivas articulaciones en un segundo y tercer nivel asambleario (provincias compuestas de pueblos libres con su terminal integración en el sistema confederacional) señalan el intento artiguista de conciliar el legado de participación directa, cabildeano, o comarcano, con el de una república democrática, igualitaria e independiente.
Este modelo de representación política (que reclamaba se debía expresar en un texto constitucional, todo un avance para la época), tenía una fuerte inserción en las tradiciones, creencias y culturas populares y entendía como imprescindible, la integración de las capas étnicas y sociales marginadas. Esta pretensión, aún hoy, se demuestra como una tarea pendiente en la que estamos embarcados los habitantes de estos países latinoamericanos.
El respeto por la libertad civil y religiosa (uno de los postulados que surgió del Congreso de 1812) señala a las claras su compenetración con los ideales que la Revolución Francesa habían esparcido por todo el mundo.
Por otra parte, el sentido altamente proteccionista de los frutos y productos del país que se expresara en el Reglamento Provisional de derechos aduaneros (1815), señalan a las claras la concepción proclive al desarrollo industrial que se estaba pergeñando ya en los sectores patriotas vinculados a un proyecto nacional.
Cierto es que estos postulados le valieron a don José Gervasio Artigas la drástica oposición del patriciado de las ciudades puertos que con su racionalismo ilustrado y mercantil pretendían instalar en estos territorios las imágenes que los deslumbraban de la Europa decimonónica.
Ello implicaba necesariamente la exclusión del cuerpo político de la Nación de los sectores marginados por ‘iletrados’. Justamente quienes le daban presencia política y a los que representaba nuestro caudillo. De allí que este enfrentamiento haya sido irreconciliable y fuera el que, en definitiva, lo llevara al ostracismo.
Párrafo especial merece su pretensión de expropiar las tierras sin laboreo o que perteneciera a los enemigos de la revolución o malos americanos, para repartirlos entre los negros libres, los zambos, los indios, los criollos pobres y todos aquellos que puedan trabajarlas.
En este solo artículo estaban condensados el grito de Mayo y el espíritu libertario de aquella Revolución: justicia, igualdad, acceso a la tierra y a los medios de vida. Y por si fuera poco, esa verdadera perla del lenguaje y de la filosofía reivindicatoria: “con prevención que los más infelices serán los más privilegiados” (según rezaba el Reglamento para el fomento de la campaña de 1815).
Su derrota dejó inconclusa la gran tarea que se avecinaba cual era la de darle carnadura y entidad a sus postulados sobre el reparto y producción de la tierra. Ello, con seguridad, habría permitido el desarrollo de una burguesía agraria que hubiese generado una enorme renta diferencial, que conforme sus postulados proteccionistas e industrialistas, sería puesta al servicio de un incipiente desarrollo industrial.
José Artigas murió en el Paraguay un 23 de septiembre de 1850. “Argentino de la Banda Oriental” -como dejó escrito en su testamento-, no renunció jamás al sueño de la Patria Grande, el sueño de un continente verde y tumultuoso en donde los ríos unan a los pueblos, en lugar de dividirlos.
Hoy, cuando nuevos vientos emancipadores recorren con generosidad la geografía latinoamericana, los postulados enarbolados por Artigas adquieren renovada vigencia y nos comprometen a su propagación y puesta en perspectiva.
Hasta el día de su muerte (y murió a los 86) mantuvo la costumbre de inclinarse sobre la tierra, levantar con sus manos los terrones y depositar confiado las semillas. Vaya metáfora.
De esas semillas somos parte.
Santa Fe, Noviembre de 2010

miércoles, 12 de diciembre de 2012

DESPEDIDA DE AÑO ( TODOS INVITADOS !!!)


Jueves 20 de diciembre
21.30 hs

CENA INSTITUTO ARTIGUISTA + GUITARREADA


 1º de Mayo 3349

Valor de la tarjeta   $ 45

Llevar vajilla

NO INCLUYE BEBIDA

Reservas al  156 984843 / 156 143016
Menú:
+Entrada de empanadas
+Pollo al horno con papas/ensalada
+Postre helado

miércoles, 3 de octubre de 2012

El Historiador MARIO CAYOTA en Santa Fe

Edición Online | 01-10-2012 | 13:48

Mario Cayota

"El peor crimen historiográfico no es la calumnia, sino el olvido"

El historiador uruguayo ayudó a reivindicar la figura de José Gervasio de Artigas en su país, y vinculó su pensamiento al ideario de los monjes franciscanos, a través de Monterroso. la conexión con Santa Fe y su paso como embajador en el Vaticano.

Emerio Agretti - politica@ellitoral.com

El historiador Mario Cayota es conocido en el medio por “Artigas y su derrota: ¿frustración o desafío?”, una profunda investigación con la que no sólo buscó contribuir a la reivindicación del largamente soslayado prócer uruguayo, sino también abordar una faceta novedosa y hasta polémica: los valores cristianos que alentaban su pensamiento, profundamente influido por la visión de los franciscanos. Por la misma senda, “José Benito Monterroso, el inicuo destierro de un ilustre ciudadano”, aborda el rol central que este fraile -también olvidado- asumió en el período más rico de la trayectoria de Artigas, y en qué medida un sector de la Iglesia estuvo comprometido en el desarrollo de su ideario revolucionario y democrático.

Cayota disertó en Santa Fe, en el marco de un ciclo organizado por el Instituto Artiguista de Santa Fe y, acompañado por Julio Rondina, dialogó con El Litoral.

—Hablar de Monterroso es hablar de Artigas, y del Artigas más maduro, el que fue el resultado de un proceso en el que fue asumiendo la problemática de la región y dando respuesta a todo eso. Ese proceso requiere tiempo y diálogo, sobre todo al ser un hombre de gran inteligencia natural -como reconocen incluso sus enemigos-, pero no un intelectual. Y ahí una figura clave es la de Monterroso, que fue su secretario y consejero durante sus mejores años: lo que nosotros llamamos del “gobierno de Purificación”. Fue cuando la capital de lo que después se llamó la Liga Federal -que incluía a Santa Fe- no estaba en Montevideo, ni por supuesto en Buenos Aires, sino en un punto intermedio entre lo que hoy son Argentina y Uruguay, cerca de Paysandú.

Y hay 43 testimonios, muchos de ellos enemigos de Artigas -Mitre, Sarmiento, Vicente López-, que reconocen la influencia que tuvo Monterroso, en el caso de ellos indicando que para mal.

—Pero esa influencia ¿era ejercida a nivel personal o involucraba a la Iglesia?
Algunos ven a Monterroso como una especie de oveja negra. Pero le doy dos datos. Uno, después de la famosa batalla de Las Piedras, que fue una derrota muy grande para el imperio español, a los tres días el edecán del virrey va al convento de los franciscanos a expulsarlos. Mostrándoles los fogones artiguistas en la noche, les dice: váyanse con sus amigos, los gauchos. Y también, en Córdoba había un famoso catedrático franciscano que estuvo en el cabildo abierto que apoyaba a Artigas y lo declaró protector de los Pueblos Libres.

Y no es casual tampoco el apoyo de Santa Fe, que en aquellos años tenía una presencia franciscana muy importante. ¡Hasta don Francisco Antonio Candioti la tenía en el nombre! Un hombre que no tuvo miedo de apoyar a Artigas, y la idea de “que los más pobres sean los más privilegiados”. Candioti fue un hombre muy importante, además por su respetabilidad, su honradez. Ustedes tienen ahí un prócer ignorado.

—¿a qué atribuye usted estas ignorancias, o relegamientos, que incluyen al propio Artigas?
-
Yo creo que tanto en Argentina como en Uruguay -donde la reivindicación de Artigas es bastante reciente- se viven las leyendas negras de la historiografía liberal, a la que no le cuadran estas figuras. Pero -como se ha dicho- el peor crimen historiográfico no es la calumnia, sino el olvido, porque no deja huellas. Y bueno, a Monterroso se lo calumnió, pero después se cayó en la cuenta de que era mejor olvidarlo. En Montevideo, tiene solamente un callejón de una cuadra, en un barrio perdido. Y en cambio -y dicho con todo respeto-, Sarmiento es una de las avenidas más hermosas de la ciudad.

—Aquí en Santa Fe se da la curiosidad de que hay un monumento a Artigas, en la rotonda de la Costanera
—¡Y es más lindo que el nuestro! En Montevideo, lo pusieron después que el de acá. En la Plaza Independencia estaba otro prócer, Suárez, del Partido Colorado. Que era un hombre honesto, pero nada más. Después pusieron el de Artigas, que parece un condottieri italiano. Pero volviendo a lo del relegamiento, hay que tomar en cuenta que Artigas nunca imaginó ni luchó por un Uruguay independiente. Tampoco que perteneciéramos a lo que hoy es Argentina, sino a las Provincias Unidas del Río de la Plata, con una autonomía muy fuerte, como sostenían los hombres de la época, aquí en Santa Fe y en Córdoba; quizás por eso no se lo recuerde tanto. El centralismo fue un fenómeno que también se vivió en Uruguay, con nuestra medida de país de bolsillo. Allá, se dice: “Dios está en todas partes, pero atiende en Montevideo”. Porque en el Uruguay ganaron los unitarios. Y como consecuencia, los uruguayos hemos jibarizado a Artigas.

martes, 14 de agosto de 2012

CENA DE CAMARADERÍA


Dr.Julio César Rondina, Pte. del Instituto Artiguista de Santa Fe, dando la charla de bienvenida



Vista parcial de la concurrencia





MANIFIESTO ARTIGUISTA DE SAN CARLOS




MANIFIESTO ARTIGUISTA
DE SAN CARLOS

Municipio de San Carlos, Maldonado,
Republica Oriental del Uruguay,
3 de agosto de 2012


En la ciudad de San Carlos, donde naciera el Doctor Joaquín Campana el 24 de mayo de 1773, quien fuera posteriormente Secretario de la Junta Grande de Buenos Aires y Senador de la República Oriental del Uruguay, uruguayos y argentinos venimos a manifestar el reconocimiento a su gran aporte a la lucha por la libertad y la independencia, y a José Gervasio Artigas y su ideario.
José Artigas, considerado históricamente el padre de la Orientalidad, hizo un extraordinario e inigualable aporte al proceso de la ruptura colonial “con España y todo poder extranjero”, como declaró el Congreso de Oriente el 29 de junio de 1815. Fue uno de los primeros en propender a la independencia y a la organización política federal de estas tierras, como pocos lo hicieron entonces.
El pensamiento de Artigas, nacido de las propias entrañas de la realidad que lo circundaba, lejos estaba de ser tributario de eruditos cuerpos de ideas universales, fue antagónico a cualquier monarquía o ideología ajena. En él todo es propio, rica construcción fáctica, hija de esa única verdad que es la realidad. Sin embargo – o seguramente por eso - los gobernantes del puerto de Buenos Aires, que se habían apropiado del término civilización, calificaban a Artigas como un caudillo bárbaro, sanguinario y malvado.
Artigas fue un lector actualizado y de avanzada para aquellas épocas: un sabio de las praderas. Y su afirmación personal por la libertad de conciencia y sus mensajes e instrucciones, aun ahora harían estallar adhesiones profundas en nuestro pueblo. Artigas fue un criollo que supo ser reconocido como uno más entre guaraníes y charrúas. Así como disfrutó la compañía del gauchipoeta Ansina, tuvo un ahijado y lugarteniente en la lucha y la acción política en las Misiones Orientales y en Corrientes: Andresito Guaycurari Artigas, cuya reivindicación continúa siendo una deuda rioplatense.
Artigas también fue un guerrero excepcional, que no desarrolló nunca una lucha sin tener sentido y pertenencia a una estrategia típica de las guerras de liberación nacional y social. Provocó gestas inolvidables como la Redota -el éxodo del Pueblo Oriental - al Ayuí, en las vecindades de Concordia, en Entre Ríos- y también desafíos civilizatorios, como la fundación de Carmelo, una ciudad-puerto en el nacimiento del Río de la Plata.
 Su ideario político, económico y social resulta en muchos aspectos un llamado a la reflexión de los pueblos de América del Sur, empeñados hoy en reafirmar sus valores. Porque, en esencia, Artigas peleó por un mundo mejor, y sus actos, a casi doscientos años de su gobierno desde Purificación, nos encienden la memoria de un hombre íntegro, de una orilla y de la otra, de fronteras cambiantes, con o sin leyes… sin claudicaciones, no vendiendo “el rico patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad.”
Su figura trasciende al Uruguay, dado que sus principios y sus acciones lo ubican como un precursor de la Patria Grande Suramericana junto a José de San Martín y Simón Bolívar. Y, como ellos, está presente en los procesos de integración económica y política en América del Sur, cuyos gobiernos cada día se parecen más a sus pueblos.
Hoy recordamos aquí a un Artigas de carne y hueso, y evocamos la  vigencia de su obra y su ideario, en ambas orillas del Plata. La bandera que creó Artigas y que hoy enarbolamos, fue la de la Liga de los Pueblos Libres. Artigas la llamó: la bandera de la libertad.
Deseamos que esa bandera que hoy honramos, y que honrarán futuras generaciones, sea un símbolo y el testimonio de la memoria del ideario que nos asistirá en esta hora propicia para consolidar un proyecto confederal inclusivo, igualitario y con vocación de servir, construir y consolidar la Patria Grande Suramericana.

jueves, 5 de julio de 2012

CENA DEBATE del INSTITUTO ARTIGUISTA DE SANTA FE


29 de Junio de 1815 - Primera Declaración de la Independencia


http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/06/28/opinion/OPIN-04.html

ESENCIA DEL ARTIGUISMO (Alberto Umpierrez)


 Esencia del Artiguismo
“La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como el objeto único de nuestra revolución” (Artículo 8º de las instrucciones dadas por Artigas a Tomás García de Zúñiga para orientar su misión ante el gobierno de Buenos Aires, documento fechado en Paso de la Arena en febrero de 1813)

La dimensión política
Tal vez pueda parecer arbitrario tomar esta frase como definición de la “esencia” del Artiguismo. La elección obedece a que es la primera expresión conceptual de un ideal político propio de Artigas y del Pueblo que ya lo había elegido como Jefe en 1811.
Pero esta frase por sí sola ha dado lugar a muchas discusiones teóricas desde hace más de un siglo, por lo tanto su interpretación debe ser contextualizada en el momento histórico y alumbrada por otros pronunciamientos de nuestro Prócer.
El documento de referencia se produce en el marco de los famosos conflictos y negociaciones con Manuel de Sarratea y con el gobierno de Buenos Aires, entonces ejercido por el “Segundo Triunvirato”. Afortunadamente buena parte de esas negociaciones están documentadas en numerosas cartas que fueron publicadas fundamentalmente en el Tomo 9 del Archivo Artigas.
Entonces, este concepto de la “Soberanía particular de los pueblos” es una primera diferencia muy importante ante la postura “centralista” del gobierno porteño, que en aquella época pretendía gobernar a las Provincias del Río de la Plata de modo prepotente y tiránico, “designando pro-cónsules” al mejor estilo del Imperio Romano, como le relata el propio Artigas al General José María Paz muchos años después en su exilio paraguayo.
Pero la buena disposición de Artigas para negociar un acuerdo con Manuel de Sarratea y con el Triunvirato, también marca una diferencia muy importante con la postura mucho más independentista sostenida por la Junta Gubernativa del Paraguay, que ya evolucionaba hacia el aislamiento que caracterizó al largo mandato de Gaspar Rodríguez de Francia. En este sentido es muy clara la carta que le envía el representante oriental Andrés Campana al secretario de Artigas, Miguel Barreiro, desde Villa Rica el 21 de agosto de 1812, refiriendo afirmaciones del vocal de la Junta paraguaya Pedro Juan Caballero:
“los primeros oficios de Artigas eran muy conformes con nuestros sentimientos, pero los últimos que recibimos, antes que los que Usted ahora conduce, no prueban aquella sinceridad, porque quiere mezclarnos en pacto con Buenos Aires y nosotros, con aquel pueblo no podremos guardar consecuencia, porque tarde o temprano o luego que haya pacificado el Perú, volverá la vista sobre nuestra provincia y sucederá como el año pasado, que nos afligieron con una guerra pesada, y es probable, que el ejército de Artigas sirva para realizar esas intenciones de los Porteños…”
Mucha desconfianza traslucían las palabras sin duda proféticas de Pedro Juan Caballero en agosto de 1812, y por supuesto también mucho de razón. Basta leer la Proclama de Artigas al Pueblo Oriental con motivo de haberse firmado el Pacto del Yi con los representantes de Manuel de Sarratea, el 8 de enero de 1813:
“Gloria eterna a la constancia de los bravos Orientales. Paisanos: Ved ahí el cuadro de vuestros Anales. La perspectiva horrible de una desunión entre hermanos puso el sello a nuestras angustias, ahora temblarán los enemigos del sistema, viéndonos abrazar con nuestros Auxiliadores. Memoria eterna a día tan precioso en que brillen los designios santos de la Libertad, el luce solo para hacer su más digno triunfo y rendir el homenaje a todas las virtudes. Erijamos su monumento eterno a esta conciliación feliz que reuniendo el objeto de todas nuestras pretensiones sofoca los resentimientos, y nos abre la época de presentarnos con dignidad, y humillar delante de nuestro esplendor a los déspotas indignos que infaman la existencia de nuestros compaisanos dentro de Montevideo….”
Por supuesto que el pacto con Sarratea quedó en la nada apenas se había secado la tinta de las firmas… “Es muy veleidosa la probidad de los hombres…” decía Artigas poco después, en abril de 1813.
Es de subrayar que para Artigas “El pueblo de Buenos Aires es y será siempre nuestro hermano, pero nunca su gobierno actual. Las tropas que se hallan bajo las ordenes de Vuestra Excelencia (Sarratea) serán siempre el objeto de nuestras consideraciones, pero de ningún modo V.E.” (carta de Artigas a Sarratea, Navidad de 1812), concepto que se repite consistentemente a lo largo de toda su trayectoria y bajo distintos gobiernos porteños.
El Proyecto político representado por Artigas queda claramente plasmado en las Instrucciones del Año XIII, en forma por demás consistente con la idea formulada inicialmente de “Soberanía particular de los pueblos”:
“Artículo 1º - Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas Colonias, que ellas estén absueltas de toda obligación de fidelidad a la Corona de España y familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España es y debe ser totalmente disuelta.
Artículo 2º - No admitirá otro sistema que el de confederación para el pacto recíproco con las Provincias que forman nuestro Estado.
Artículo 3º - Promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable.
Artículo 4º - Como el objeto y fin del Gobierno debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los Ciudadanos y los Pueblos, cada Provincia formará su gobierno bajo esas bases, a más del Gobierno Supremo de la Nación.
Artículo 5º - Así este como aquél se dividirán en poder legislativo, ejecutivo y judicial.
Artículo 6º - Estos tres resortes jamás podrán estar unidos entre sí, y serán independientes en sus facultades.
Artículo 7º - El Gobierno Supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado. El resto es peculiar al Gobierno de cada Provincia.
Artículo 8º - El territorio que ocupan estos Pueblos desde la costa oriental del Uruguay hasta la fortaleza de Santa Teresa forman una sola Provincia, denominante la Provincia Oriental.
Artículo 9º - Que los siete Pueblos de Misiones, los de Batoví, Santa Tecla, San Rafael y Tacuarembó que hoy ocupan injustamente los Portugueses y a su tiempo deben reclamarse serán en todo tiempo territorio de esta Provincia.
Artículo 10º - Que esta Provincia por la presente entra separadamente en una firme liga de amistad con cada una de las otras para su mutua y general felicidad, obligándose asistir a cada una de las otras contra toda violencia, o ataques hechos sobre ella o sobre alguna de ellas por motivo de religión, soberanía, tráfico o algún otro pretexto cualquiera que sea.
Artículo 11º - Que esta Provincia retiene su soberanía, libertad e independencia, todo poder, jurisdicción y derecho que no es delegado expresamente por la confederación a las Provincias Unidas juntas en congreso.
Artículo 12º - Que el puerto de Maldonado sea libre para todos los buques que concurran a la introducción de efectos y exportación de frutos poniéndose la correspondiente Aduana en aquel Pueblo; pidiendo al efecto se oficie al Comandante de las Fuerzas de su Majestad Británica, sobre la apertura de aquél Puerto para que proteja la navegación o comercio de su Nación.
Artículo 13º - Que el Puerto de la Colonia sea igualmente habilitado en los términos prescriptos en el artículo anterior.
Artículo 14º - Que ninguna tasa o derecho se imponga sobre artículos exportados de una Provincia a otra; ni que ninguna preferencia se de por cualquiera regulación de Comercio o renta a los Puertos de una Provincia sobre las de otras ni los Barcos destinados de esta Provincia a otra serán obligados a entrar a anclar o pagar Derechos en otra.
Artículo 15º - No permita se haga ley para esta Provincia sobre bienes de Extranjeros que mueren intestados, sobre multa y confiscaciones que se aplicaban antes al Rey; y sobre territorios de este mientras ella no forma su reglamento y determine a qué fondos deben aplicarse como única al Derecho de hacerlo en lo económico de su jurisdicción.
Artículo 16º - Que esta Provincia tendrá su Constitución territorial; y que ella tiene el derecho de sancionar la general de las Provincias Unidas, que forma la Asamblea constituyente.
Artículo 17º - Que esta Provincia tiene derecho para levantar los Regimientos que necesite, nombrar los oficiales de Compañía, reglar la Milicia de ella para la seguridad de su libertad por lo que no podrá violarse el Derecho de los Pueblos para guardar y tener armas.
Artículo 18º - El Despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la Soberanía de los Pueblos.
Artículo 19º - Que precisa e indispensable sea fuera de Buenos Aires, donde reside el sitio del Gobierno de las Provincias Unidas.
Artículo 20º - La Constitución garantirá a las Provincias Unidas una forma de gobierno republicana; y que asegure a cada una de ellas de las violencias domésticas, usurpación de sus Derechos, libertad y seguridad de su soberanía que con la fuerza armada intente alguna de ellas sofocar los principios proclamados. Y asimismo prestará toda su atención, honor, fidelidad y religiosidad a todo cuanto crea o juzgue necesario para preservar a esta Provincia las ventajas de la Libertad y mantener un Gobierno libre, de piedad, justicia, moderación e industria.”
Este texto, además de ser “Instrucciones” a los diputados que representarán a la Provincia Oriental en la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, también tienen un carácter en sí mismo “Constituyente” de la Provincia Oriental, lo cual resulta lógico porque mal podría enviar diputados una Provincia que aun no existía como tal.
Entonces, recomponiendo la secuencia lógica: primero, los Pueblos de la Banda Oriental se constituyen como Provincia; segundo, esta nueva Provincia “por la presente entra separadamente en una firme liga de amistad con cada una de las otras…”; y luego envía sus diputados a la Asamblea Constituyente de la Confederación que se pretende formar. Y esto último supone que “Primeramente pedirá la declaración de la independencia absoluta de estas Colonias…”, una independencia que ya se estaba ejerciendo de hecho, al igual que la autonomía provincial. Más aun cuando se establece su primer Gobierno Económico en la villa de Guadalupe (actual Canelones).
La dimensión económica y social
La “cuestión política” planteada por las “Instrucciones” derivó luego en una guerra civil, porque la oligarquía portuaria “centralista” de Buenos Aires no estaba dispuesta a negociar ningún tipo de autonomía provincial y mucho menos aceptar o someterse a la “Soberanía particular de los pueblos”, ni siquiera la del propio pueblo de Buenos Aires.

Obviamente que esta confrontación bélica no se explica solamente en una diferencia de opiniones teóricas sobre distintos modelos de organización del Estado. Pensar esto resulta de una ingenuidad pueril. No, no. La confrontación se daba entre grupos con intereses opuestos, antagónicos y en ese determinado momento irreconciliables.
Por una parte había un pequeño grupo de familias porteñas que ya estaban ejerciendo y disfrutando del Poder político y económico desde los tiempos coloniales. Por estar asociados al Poder durante décadas, fueron obsequiados con todo tipo de beneficios económicos y llegaron a niveles de acumulación de riquezas que les permitía sentirse “distinguidos” de los demás. Eran una auténtica casta aristocrática muy conservadora del “Orden” establecido, monárquico por supuesto, y acostumbrada a las prácticas cortesanas de las monarquías europeas.
En las antípodas estaban “los Pueblos” con toda su heterogénea diversidad: los “Orilleros” de Buenos Aires, las pequeñas burguesías comerciales y artesanales de las ciudades del interior, los “Gauchos” productos del constante mestizaje, los “indios salvajes” en sus comunidades, los guaraníes evangelizados en sus villas y misiones, los negros libres y los esclavos… Cada uno con sus propios intereses, pero todos luchando por conservar y eventualmente mejorar sus precarias condiciones de vida, frente a la voracidad expropiadora de un pequeño grupo de poderosos asociados a los grandes Imperios de Europa, particularmente Inglaterra.
Por supuesto, viendo la cuestión de este modo, es lógico que Artigas planteara la redistribución de la propiedad de la tierra y el fomento de la campaña, con pautas que resultaron en su momento y resultan aun hoy profundamente revolucionarias:
“6º) Por ahora el señor alcalde provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia con prevención que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la provincia.
7º) Serán también agraciadas las viudas pobres si tuvieren hijos. Serán igualmente preferidos los casados a los americanos solteros, y estos a cualquier extranjero.”
Es lógico, siempre y cuando se entienda que la “Soberanía particular de los pueblos” está en las antípodas de la “Soberanía absoluta de la oligarquía” que finalmente resultó triunfante. Por eso en su esencia, el Artiguismo continúa tan vigente en el presente.
Alberto Umpiérrez

29 de Junio de 1815- Primer Declaración de la Independencia (Dr.Julio Rondina, Pte. Instituto Artiguista de Santa Fe)


29 de junio de 1815
La primer declaración de Independencia del Río de la Plata

          La primera vez que se declara la independencia de la Corona Española de los territorios que integraban el Virreynato del Río de la Plata, habrá de ser en el Congreso de Oriente, Congreso de los Pueblos Libres o Congreso del Arroyo de la China (denominación de entonces a lo que es hoy Concepción del Uruguay), que fuera convocado por José Gervasio Artigas, el Protector de los Pueblos Libres e iniciara sus sesiones el 29 de junio de 1815.
           Es importante destacar que esta declaración de independencia se produjo un año antes que se realizara una declaración similar en el Congreso reunido en Tucumán, que fuera convocado por el Directorio residente en Buenos Aires.
          Otra cuestión que es digna de resaltar, es que las provincias que asistieron al Congreso de Oriente y que conformaban la Liga de los Pueblos Libres, no asistieron posteriormente al Congreso de Tucumán. De allí que razonablemente se podría investigar el grado de representatividad que tuvo cada uno de estos Congresos, habida cuenta la densidad e importancia de las provincias que integraban la Liga (Banda Oriental del Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Corrientes)
          Desde el punto de vista de la historiografía nacional, lo llamativo es que este Congreso pasa, casi, totalmente desapercibido en las efemérides de la patria y solamente se hace referencia al de Tucumán como si hubiese sido el único que se realizó en aquellos años tumultuosos. Cabe entonces preguntarnos el porque de este tratamiento tan desigual en la consideración histórica, al menos de una parte de nuestra academia.
          Para arribar a un principio de respuesta mas o menos coherente, echemos una mirada al contexto en el cual se desarrolla este evento.
          Para febrero de 1815 Montevideo ya estaba en manos patriotas y su gobernador, Fernando Otorgués, respondía a Dn. José Artigas. Ante esta situación las tropas de Buenos Aires se  habían retirado.
          En los meses sucesivos, todo el litoral comienza a rebelarse contra el centralismo porteño. Recordemos que de consuno con este movimiento, Santa Fe se levanta el 24 de marzo de 1815. El referente de todos estos alzamientos era el caudillo oriental.
          Decidido a frenar estos movimientos, el Directorio envía al Litoral un ejército al mando del Gral. Ignacio Álvarez Thomas, quien se subleva en Fontezuelas y desconoce la autoridad del Director Supremo. Ello obliga a dimitir a Carlos María de Alvear el 16 de Abril, siendo designado José Rondeau en su reemplazo. Hasta tanto este se hiciera cargo, el sublevado Álvarez Thomas es nombrado interinamente.
          Esta situación es celebrada por Artigas quien cree llegado el fin de las disputas de poder entre el litoral y Buenos Aires.
          Consecuente con ello, el 29 de Abril, convoca a un Congreso y lo comunica al Cabildo de Buenos Aires: “Hoy mismo van a salir mis circulares convocando los Pueblos que se hallan bajo mi mando y protección para que por medio de sus respectivos diputados entiendan en la ratificación espontánea de la elección, que para ejercer la suprema magistratura recayó en la muy benemérita persona del Brigadier D. José Rondeau, y en calidad de suplente, en la del General del Ejército Auxiliar Don Ignacio Alvarez”.

          Oferta de secesión
          Pero el optimismo de Artigas, pronto se vendría a pique. En mayo de 1815, Álvarez Thomas, enviaría a Francisco Bruno de Rivarola y al coronel Blas Pico para intentar solucionar las diferencias entre Artigas y el Directorio establecido en Buenos Aires, entrevistándose el 16 y 17 de junio a bordo de una goleta anclada en el río Uruguay frente a Paysandú.
          Los enviados ofrecieron la independencia de la Banda Oriental mediante un Tratado de Paz y Amistad. Por este tratado Buenos Aires reconocía la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, renunciando a los derechos que por el anterior régimen le pertenecían. Ofrecía una paz y amistad eterna entre las provincias contratantes echando un velo sobre todo lo pasado y  que las provincias de Corrientes y Entre Ríos quedaran en libertad de ponerse bajo la protección del gobierno que gusten.
          Artigas, indignado, rechazó la posibilidad de la secesión de la Banda Oriental del resto de las Provincias Unidas y respondió desde su cuartel general de Paysandú el 16 de junio de 1815 proponiendo un tratado de catorce puntos (Tratado de Concordia entre el Ciudadano Jefe de los Orientales y el Gobierno de Buenos Aires) en los que proclamaba el federalismo, pidiendo indemnizaciones y armamentos para la Provincia Oriental.
          “La Banda Oriental del Uruguay está en el pleno goce de toda su libertad y derechos, pero queda sujeta desde ahora a la Constitución que organice el Congreso general del Estado, legalmente reunido, teniendo por base la libertad”, señalaba con patriótica dignidad.

          El Congreso de Oriente
          Ante el fracaso de las negociaciones con Buenos Aires, Artigas convocó a un Congreso que se llevaría a cabo en el Arroyo de la China (Concepción del Uruguay).
          Es cierto que no se conservan las actas originales del Congreso, las que se han extraviado, pero se ha podido reconstruir fidedignamente las principales actuaciones a partir de otros instrumentos concordantes.
          Se sabe, por ejemplo, que el diputado por Santa Fe, Pascual Diez de Andino, arribó con las mismas Instrucciones que en 1813 portaron los diputados de la Banda Oriental ante la Asamblea Gral. Constituyente en la primera de las cuales se reclamaba: “Primeramente pedir la declaración de la independencia absoluta de éstas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y Familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el estado de la España, es y debe ser totalmente disuelto”.
Otro de los instrumentos que fue adoptado por este Congreso fue el que Artigas propusiera a los diputados porteños Pico y Rivarola, pocos días antes, en el cual se disponía que “las Provincias de la Liga, y la Liga misma, formarían parte del Estado denominado Provincias Unidas del Río de la Plata... en el pleno goce de toda su libertad y derechos, pero sujetas desde ahora a la Constitución que organice el Congreso General del Estado, legalmente reunido, teniendo por base la libertad”.
Con estas precisiones marchan delegados del Congreso a Buenos Aires para exponer las decisiones que se habían adoptado, entre ellas la reafirmación de la independencia de estos territorios de toda dominación extraña.
Cuando Artigas tomó conocimiento de la declaración de independencia en San Miguel de Tucumán, escribió al director supremo Pueyrredón el 24 de julio de 1816: “Ha mas de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su Superior conocimiento”.

Algunas conclusiones
Este Congreso, destacado por diversos autores como el “primer Congreso netamente federal de Hispano América”, habrá de señalar el apogeo político de Artigas.
En él aparecen expuestos, con meridiana claridad, dos de los principios que alumbraron su derrotero: independencia absoluta de todo poder extraño a estos territorios, organización institucional federal para las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Estos planteos, que colisionaban abiertamente con los designios políticos que sostenía el puerto de Buenos Aires, seguramente son los que llevaron a que este Congreso pasara desapercibido en la historiografía oficial.


                                                             Julio César Rondina
                                                  Presidente del Instituto Artiguista de Santa Fe

miércoles, 13 de junio de 2012

POR QUÉ LO PERSIGUIERON ??'

Recibimos este material de nuestros hermanos uruguayos, de la Agrupación Participación Masoller y queremos compartirlo.


sábado, 12 de mayo de 2012

YA TIENE MARCO INSTITUCIONAL LA REIVINDICACIÓN ARTIGUISTA

  Identidad. “Este es el momento de rebelarnos serenamente contra la historia oficial”, convocó el gobernador

Tiene marco institucional la reivindicación artiguista

Urribarri anticipó “algunos dolores de cabeza” y contó que entusiasmó a Cristina con la iniciativa. Se lanzó un programa que culminará en 2015, con la celebración del bicentenario de la declaración de independencia de la Liga de los Pueblos Libres.





Además de ser un sentimiento, el artiguismo en Entre Ríos ahora también es una política de Estado”, definió ayer el gobernador Sergio Urribarri al lanzar un programa que culminará en 2015 con la conmemoración del bicentenario de la declaración de la independencia de la Liga de los Pueblos Libres. Fue en un acto que tuvo lugar en el centro cultural La Vieja Usina, al que asistieron políticos y representantes de la cultura y la historia de Uruguay, en el que el mandatario entrerriano posicionó a su gobierno del lado de la lucha del caudillo uruguayo en el debate entre la historia oficial y el revisionismo.
Convencido de que “este es el momento de fijar al artiguismo como eje”, Urribarri se englobó en una generación de dirigentes “rebeldes y poco dóciles”. Luego, convocó a una “rebelión serena” contra la historiografía oficial, a la que calificó de “ingrata, fragmentada e interesada”.
Contó luego que logró entusiasmar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con esta iniciativa, reconoció que su postura puede traerle “algunos dolores de cabeza” y formuló un mensaje a los jóvenes: “Nunca, jamás, estuvimos tan cerca de conocer nuestra identidad”, les dijo.
“Hay una corriente revisionista, objetiva, respetuosa, que está encontrándonos con nuestro destino. Una vez que lo logremos, podremos construir un futuro en común para toda América, tal como soñó otro gran hombre que tuvo Argentina, que dedicó sus últimos meses de vida a lograr esta unión y que se llamó Néstor Kirchner”, comparó Urribarri el término de un discurso que despertó aplausos y elogios a un auditorio emocionado, salpicado de banderas uruguayas y compuesto por funcionarios, dirigentes y militantes políticos y sociales, hombres y mujeres de la cultura y estudiantes de los últimos años de escuelas secundarias de la provincia.

Parábola. El vicegobernador José Cáceres, el ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, y el diputado nacional uruguayo Gustavo Rombys, dirigente del Movimiento de Participación Popular (MPP) que lidera dentro del Frente Amplio el presidente José Pepe Mujica, flanquearon a Urribarri en el escenario.
Fue Pedro Báez el encargado de explicar la génesis de la iniciativa. Señaló el posicionamiento de Urribarri en el conflicto con las patronales del campo apenas iniciado su primer mandato y el acompañamiento a todas las decisiones presidenciales que fueron configurando el proyecto nacional y popular como elementos que “marcaron la cancha en relación a la línea histórica en la que debemos inscribir nuestro trabajo”. Esa línea es aquella “inconclusa pero vigente, que construyó Artigas en los primeros años de nuestra patria”.
“Alguno podrá decir qué tiene que ver una cosa con otra. Tiene que ver porque consideramos que la parábola de aquella gesta heroica nos abraza y sentimos que lo que se está construyendo se inspira en aquel espíritu”, sintetizó el ministro.
Entre las adhesiones, figuraron las de figuras emblemáticas del revisionismo como Norberto Galasso, Ernesto Jauretche y Daniel Brión. También mandó sus saludos Ana Olivera, intendenta de Montevideo. Sonó durante la actividad música del uruguayo Alfredo Zitarrosa.



Mirada desde Santa Fe

Julio Rondina, juez de instrucción santafesino y miembro del Instituto Artiguista de Santa Fe, participó de la actividad en la Vieja Usina. Consultado por EL DIARIO, calificó al acto de “espectacular y emocionante” y comentó: “Uno se siente reconfortado cuando ve que un gobierno toma como política de Estado la vinculación de Artigas con la realidad, sobre todo para que los más jóvenes puedan entender nuestra historia”.
El Instituto Artiguista de Santa Fe trabaja para reivindicar la gesta artiguista e intenta, según explicó Rondina, “poner nuevamente en el escenario público la obra de este hombre que tiene una actualidad formidable”.
Acerca del lanzamiento oficial, el magistrado opinó: “Que los gobernantes tengan estos gestos se condice y está íntimamente imbricado y relacionado con la realidad que está cambiando.
No es la misma Latinoamérica que estamos viendo a esta altura de los tiempos que la que teníamos por ejemplo en los años ‘80 o ‘90. Esto hace necesario rescatar los fundamentos, para lo cual hay que ir a la historia y así aparece la necesidad imperiosa de reimponer el ideario de Artigas y de nuestros caudillos federales, que dieron fuente a este formidable esquema que es el federalismo”, completó.


Artigas vuelve

Placas uruguayas en los autos estacionados en la explanada del centro cultural donde se desarrolló el acto, las banderas argentina, uruguaya y entrerriana alineadas en el escenario y la entonación del himno nacional del vecino país –Urribarri fue uno de los pocos argentinos presentes que lo cantó completo– fueron algunos de los símbolos que patentizaron la presencia del pueblo oriental acompañando el lanzamiento realizado ayer.
La consigna “Artigas vuelve”, pronunciada por el historiado, escritor y psicoanalista Francisco Senegaglia –autor de la novela Los Artigas y premio Fray Mocho 2009– al término de una exposición brillante sobre la figura del caudillo, ganó rápidamente las redes sociales en las horas posteriores al acto.
“Hoy el gobierno entrerriano nos propone el reto estructural de intervenir la historia y revisar la memoria. Diferentes pero iguales. En la diferencia, el trato es de igualdad. Esa es la clave ideológica del artiguismo y América Latina todavía no lo ha entendido. Este acto inaugural significa que a partir de ahora podemos repensar la historia y repensarnos a nosotros mismos. Urribarri fijó esta política de Estado. Ahora es responsabilidad de todos”, expuso Senegaglia, conmovido.


 Urribarri lanzó un programa con la conmemoración de la independencia de la Liga de los Pueblos Libres.

domingo, 29 de abril de 2012

Presentación Libro Prof.Cayota


abril 13, 2012

Obra "José Benito Monterroso" presentada en el Cabildo...

Fotos del evento en que la oratoria del profesor Cayota, -ovacionado por los presentes que colmaron la sala del Cabildo, sentados y de pie!-, y la invaluable presencia del Embajador Hernán Patiño Mayer, introduciendo a la audiencia en la temática y en una amena lectura de los ejes axiomáticos del libro del historiador sobre el fraile franciscano, propiciaron una velada inolvidable para la cultura nacional.



Presentadores: Emb. Hernán Patiño Mayer; Lic. Alberti Umpiérrez.
Maestro de ceremonias: Periodista Luis Udaquiola
Agradecemos: Librería y Distribuidora América Latina, Sr. Pablo Muñoz.
Jueves 12 de abril de 2012

viernes, 27 de abril de 2012

DESDE URUGUAY: PARTICIPACION MASOLLER609


Americanismo artiguista

Uruguay y Argentina, dos naciones unidas por una misma historia.


De izquierda a derecha, Licenciado Alberto Umpierrez, Dr. Julio César Rondina y el
Diputado Rubén Martinez Huelmo.

Días pasados visitó Montevideo el Dr. Julio César Rondina, Presidente del Instituto Artiguista de Santa Fe, quien sostuvo una entrevista con el Diputado Rubén Martínez Huelmo, en la reunión participó también el Licenciado Alberto Umpierrez, especialista en temas artiguistas.

En tal reunión se acordó llevar a cabo en el mes de Setiembre, en la ciudad de Paysandú, una concentración de institutos de estudios federales y de integración, así como también de personalidades vinculadas al tema provenientes de las antiguas provincias artiguistas.

En las próximas semanas habrán de concretarse nuevas reuniones para promover la realizacion de este proyecto de actividad artiguista








Presentación: ARTIGAS de Pacho O'Donnell

viernes, 17 de febrero de 2012

EL INSTITUTO ARTIGUISTA DE SANTA FE EN CARMELO (URUGUAY)


El Instituto Artiguista de Santa Fe
en Carmelo (Uruguay)
                   Especialmente invitado, concurrió una numerosa delegación del Instituto Artiguista de Santa Fe a la ciudad de Carmelo (Uruguay) el día 12 de Febrero del corriente año.
                   Allí se festejaba el 196 aniversario de la fundación de esta localidad  que es la única ciudad fundada por el Protector de los Pueblos Libres, Dn. José Gervasio Artigas, quien el 12 de febrero de 1816 dispuso tal creación ante la petición que le realizaran vecinos de localidades cercanas que deseaban establecerse en el lugar debido a sus mejores condiciones naturales.
                   En la oportunidad, la delegación del Instituto Artiguista de Santa Fe participó de los actos conmemorativos y junto a representantes de otras agrupaciones artiguistas de la Argentina y Uruguay firmaron el Manifiesto de Carmelo.
                   En este manifiesto, además de destacar la personalidad de Artigas “padre de la Orientalidad”, se resalta la necesidad de recordar la vigencia de su obra y su ideario en ambas orillas del Plata, toda vez que su figura trasciende al Uruguay ya que sus principios y sus acciones lo ubican como un precursor de la Patria Grande Suramericana junto José de San Martín y Simón Bolívar.
                   El encuentro se realizó bajo la bandera Artiguista, la bandera de la libertad, como símbolo y testimonio de la memoria del ideario que es propicio resaltar en esta horas para consolidar un proyecto confederal inclusivo, igualitario y con vocación por construir y consolidar la Patria Grande Suramericana.
                   Asimismo fue propicia la ocasión para entablar lazos de amistad y confraternidad con las autoridades y organizaciones locales, en un afianzamiento de la hermandad argentino-uruguaya, a la cual apunta el Instituto Artiguista de Santa Fe.